Con los trabajadores cordobeses y los obreros del neumático
Con el conflicto entre las patronales agrarias y el gobierno nacional se abre una nueva etapa política en
1. El fracaso del capitalismo “nacional y popular”
Con éste conflicto se expresó algo que muchos querían que no se exprese: que el programa económico del kirchnerismo, el modelo “nacional y popular” no ha sido ni la sombra de lo que dice ser. No ha sido un proyecto “nacional” porque en más de 5 años no sólo no se ha desprendido el país del yugo del imperialismo sino que ha profundizado su dependencia. Desde la energía, las fábricas como la tierra han pasado de forma creciente a manos de capitales extranjeros, reforzando el dominio político de los países centrales sobre el proceso económico local. Más allá de la apariencia de independencia política del Estado de los Kirchner, el poder económico mundial se ha visto fortalecido sobre el ya debilitado de las burguesías locales –parasitarias del capital internacional- como sobre el conjunto de los trabajadores, que han visto elevada su explotación a niveles extraordinarios.
Tampoco este gobierno ha sido “popular” en sus políticas. ¿Y cómo iba a serlo si todo su programa económico se apoya sobre la devaluación del salario real en 2002, una de las expropiaciones más brutales al salario desde principios de los 90´?. La participación de los trabajadores en la riqueza producida por ellos mismos ha bajado del 25% en el 2001 al 19% en 2008.[1] Es decir, que el crecimiento en la acumulación de capital no redundó en un incremento de la remuneración salarial, sino en un aumento de la explotación de la fuerza de trabajo a niveles de los más bajos de la historia. Todo esto a pesar de que el ciclo de re-activación económica generó un crecimiento del empleo incorporando a más de 3.000.000 trabajadores al mundo del trabajo. Pero como señala Claudio Lozano, el crecimiento del empleo no redundó en una baja de la pobreza, la precarización del trabajo, la mejora de las condiciones laborales, la exclusión y la superexplotación; sino en un aumento de la explotación, aumentando la productividad del trabajo en beneficio de los capitalistas. Por más que el salario nominal haya aumentado desde el 2003 hasta el último aumento que acaba de realizar el gobierno elevando el salario mínimo a $1240, el salario real sólo obtuvo una suba hasta principios del 2006. Pero en términos relativos –en relación a la tasa de ganancia-, el salario bajó, producto de los estrepitosos incrementos de la extracción de plusvalor que trajo la devaluación, en sintonía con la suba de los precios de mercancías en el mercado internacional, generando que se pague salarios en pesos y se venda en dólares. Actualmente la canasta básica de una familia argentina trabajadora ronda los $3.500, mientras que según el gobierno,
Esta desigualdad fenomenal la podemos ver claramente en
2. Tendencia hacia el cambio de la polarización política
Otro elemento a destacar por su centralidad para abordar la nueva etapa abierta con el conflicto entre el gobierno y el campo es que expresa la entrada a una nueva alza de la lucha de clases. Como sucede en muchos casos, esta alza tuvo como primer capítulo una polarización hacia la derecha, aglutinando en oposición al gobierno un polo capitalista. El aumento subterráneo de la tensión de clases se expresó como lucha inter-burguesa pero, con el voto de Cobos en el Senado contra las retenciones móviles y la claudicación del gobierno de los Kirchner ante las patronales agrarias cerró este primer capítulo y ha comenzado a dar lugar a que la tensión social se exprese más cabalmente sobre su contradicción central: como lucha de clases.
Dos hechos actuales dan razón a esta afirmación. La gran movilización de más 20.000 trabajadores estatales cordobeses contra el ajuste a las jubilaciones del gobierno de Schiaretti y la huelga de los trabajadores del neumático de las fábricas FATE, Pirelli y Firestone por aumento salarial y contra los 160 despidos. Decíamos que muestra una nueva tendencia porque es la primera respuesta de la clase trabajadora a los planes de ajuste de las distintas fracciones burguesas a la crisis económica en gestación.
El gobierno de Schiaretti de la mano del “democrático” parlamento cordobés aprobó una reforma del régimen jubilatorio que significa un ajuste al bolsillo de los jubilados. Con este dinero pretende paliar la crisis financiera del Estado provincial, agrava por el conflicto con el campo –por la baja en la actividad económica- y la baja del envío de fondos del Estado nacional –como “castigo” a Schiaretti por apoyar el lock out del “campo”. De esta manera actúa uno de los más acérrimos defensores de
Del otro lado, el de los industriales aliados al gobierno nacional, que se mostraron a favor del régimen de retenciones móviles –puesto que ese dinero se traduciría en subsidios para ellos-, también se constata esta ofensiva sobre el bolsillo obrero. Los capitalistas de FATE, Pirelli y Firestone, las fábricas de neumáticos más grandes del país- vienen coordinando sus esfuerzos para poner un techo salarial que no entorpezca sus fabulosas ganancias. Pero sus trabajadores no están dispuestos a seguir ganando miserias y han empezado, centralmente en FATE, un proceso de organización democrática, profundamente antiburocrática y crecientemente anti-patronal. Es a través de la combinación de
Con esas dos acciones vemos como muy distintos sectores de trabajadores no concilian sus intereses ni con la patronal industrial del gobierno kirchnerista ni con el gobernador cordobés amigo de las patronales agrarias. Ni un unos ni en otros han mostrado confianza ambas movilizaciones obreras y con su lucha muestran que es posible una “tercera posición”, de clase, independiente de cualquier variante burguesa.
[1] Claudio Lozano. Los ganadores de la etapa de crecimiento y desigualdad: un análisis sectorial. Junio de 2008. “El nivel de producción global se incrementó en un 52,4%, mientras los precios lo hicieron un 135,5% y la participación del ingreso de los ocupados en el PBI descendió un 23,7% (pasó de representar el 25,4% en el 2001 al 19,4% en el 2007). Es decir que el contenido de la reactivación económica revela una mayor desigualdad en el reparto de los ingresos.” Pág.2.
1 comentario:
Estimados compañeros:
Leí su artículo sobre el lockout agrario y quería decirles que me pareció muy interesante.
En cuanto a matices, tal vez habría que esperar un poco más a ver si el conflicto en córdoba y el de las neumáticos, es, como ustedes señalan, el comienzo de una nueva etapa. Lo digo porque en general desde la izquierda tendemos a agarrar algunos conflictos como expresión de procesos más profundos que después resultan estar menos vinculados (Por ejemplo: la lucha de los estatales en Santa Cruz del año pasado donde algunos veían una disputa del poder, cuando en realidad había un cuestionamiento a ciertas instituciones burguesas sin una alternativa de cambio y sin una perspectiva de clase).
Como dije antes, esto es un matiz, pues no impide que coincida con ustedes en que esto puede ser el signo de una nueva etapa.
En cuanto a la polarización por derecha, habría que decir que es previa al conflicto con los sectores concentrados de la burguesía rural. Empezó con el pacto social e incluso con algunas políticas de ajuste K, o por ejemplo la política económica de mantener el dólar alto y el peso devaluado, eso en materia económica es anti obrero.
Coincido con sus críticas al espacio de otra salida, creo que incluso se pueden agregar más.
Lo que sí, no fue el único espacio que existió, cosa que ustedes señalan pero no especifican. Creo que lo que prevaleció fue el aislamiento de las deversas posturas que, con sus matices, defendieron la indepedencia de los trabajadores de las patronales.
En ese sentido, todos los que nos ubicamos en esa posición, y que como señalan fuimos diminutos pero varios, fracasamos en unificar un planteo general en torno algunas cosngignas que circularon de distintos grupos como el aumento salarial, contra la inflación, y otras más de propaganda como la nacionalización bajo control obrero del comercio exterior, etc.
De todos modos, hay que ver como se va a manifestar este conflicto que como ustedes indican se canalizó por la vía burguesa. Es decir, habrá que ver si estructura de acá en adelante todas las luchas obreras. Creo que la orientación de las mismas no debería necesariamente reproducir la lógica que se vivió durante el lockpout agrario, donde un sector fue arrastrado por la patronal agraria.
Lo que si es cierto, es que hay que tomar nota de los corrimientos de "esa izquierda" y estar muy alertas sin caer en un sectarismo.
Por último, también leí su artículo sobre Venezuela. Creo que hay que diferenciar ese proceso del de Bolivia, si bien comparten la concepción de estado que construyen sus respectivas direcciones políticas. Hay que diferenciar por ejemplo la llegada al poder de Morales, como una salida reformista a un proceso de tipo insurreccional, y la de Chávez, por ejemplo, después del golpe del 2002, que fue una salida en un primer momento progresiva para las masas ante el advenimiento de un gobierno proclive a convertirse en una dictadura militar que barriera algunas de als conquistas del movimiento oberro y popular. Esto por dar un ejemplo, también hay que ver la posición de cada gobierno frente al imperialismo, y ante las luchas obreras, que comperten similutudes y diferencias. Las misiones aplicadas por Chávez y los bonos de Evo no tienen el msimo alcance ni la msima influencia en las masas, si bien en ambos casos son asistencialistas, en el primer caso implicó cierta autoorganizacion comunitaria, fueron en parte resultado o conquista de la lucha de los trabajadores y el pueblo.
Da la impresión, que si bien ninguno de los dos gobiernos es obrero ni popular, el de Chavez oscila más en algunas políticas (nacionalizacion de Sidor hay que ver como sigue, el enfrentamiento relativo con Colombia, aunque ahora cambió la posición) mientras que el de Evo parece haber entrado sin salida en una etapa de conservadurismo y cesión de posiciones a la mayor parte de la burguesía, que lo enfrenta y pretende derrocarlo, mientras que se aleja cada vez más del movimiento obrero.
En último lugar, pero no menos importante, también habría que ver porqué consideran revolucionario el proceso venezolano. No quiero quitarle importancia ni negar que hay un proceso de radicalización política de los trabajadores y las masas en ese país, pero lo señalo porque ustedes lo afirman, pero no lo fundamentan. Tal vez lo hicieron en otros documentos.
Les envío un saludo y me interesaría me contactaran a
jonhybravo@hotmail.com
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